Cuando nos adjudicaron el nuevo vallado del Museo de la Cuchillería de Albacete, nos enfrentábamos a dos aspectos claves por resolver:
La geometría y el color.
Tras buscar varias soluciones, la que más nos convencía la teníamos delante de nosotros: los perfiles “Z” que ya envuelven la fachada de la ampliación del museo. Además, esta forma dificulta trepar por la misma, dando un plus de seguridad a la función del vallado, así que era una solución óptima frente al típico tubo circular o de cuadradillo.
Para romper la monotonía, decidimos realizar los barrotes en 3 alturas diferentes y colocarlos aleatoriamente.
En cuanto al color, queríamos combinar en el vallado los colores del parque, pero a su vez, buscar el dinamismo, pues los colores del parque varían a lo largo del año, así que miramos de qué modo podíamos buscar un efecto tornasolado. Apostamos por los colores básicos (amarillo, magenta y cian), de cuya combinación nacen el resto de colores, y buscamos una gama de metalizados lo más similar a estos colores base.
El resultado salta a la vista: en las zonas de sombra y días nublados, el vallado se funde con los colores del parque
Y en los días soleados y según la hora, distintos tramos del vallado del Museo de la Cuchillería de Albacete cobran vida, la luz del sol se tamiza entre los huecos de los barrotes y el vallado se transforma en una paleta de colores, dotando de dinamismo al mismo y ofreciendo un aliciente nuevo a los que se sientan en su entorno a relajarse.
Por último dar las gracias a la a la constructora OCC, por el trabajo realizado. Y especialmente dar las gracias a la otra parte del equipo creador de esta obra: Arquialba, con el arquitecto Pablo Tomás Villarías a la cabeza; juntos hemos podido llevar a cabo este ilusionante proyecto.
Me parece una errónea decisión el vallado dispuesto, sobretodo por los tonos finalmente utilizados. No considero que se integren nada en absoluto, sino todo lo contrario…parece una vallado de colegio infantil y no de un museo. Los tonos ya utilizados antes para las lamas en los pabellones de la ampliación del museo no fueron tampoco acertados, pero lo son mucho más a los del vallado perimetral….ni combinan con la preexistencia del parque ni del propio museo. Jugar con la supuesta aleatoriedad de las piezas es una acierto, pero sigue una clara repetición….no es tan aleatorio en absoluto; le faltaría más aleatoriedad. la sección de las piezas si que la considero correcta por tema vandalismo aunque puede generar cortes. El uso del acero corten podría haber sido un mejor acierto, porque tanto combinaría con el revestimiento de ladrillo de la cubierta de la ampliación del museo, como en si en la plaza… el too rojizo/marrón es muy apto para zonas verdes… o en su defecto un gris hubiera sido más efectivo.
Jesús, ante todo gracias por tus apreciaciones.
El gris o el acero corten son dos buenas opciones; nosotros buscábamos algo más dinámico, pues la geometría se prestaba a pocas florituras, y lo más dinámico era un cambio constante en el color; hicimos pruebas con pinturas tornasoladas, pero la superficie del perfil era insuficiente para conseguir el efecto deseado; el precio también era desorbitado para el presupuesto existente; lo más aproximado a ese efecto lo conseguimos con el resultado actual, la combinación de 3 colores que sabíamos que en muchos momentos del día podían generar controversia, pero creo que cuando el sol se tamiza por entre los barrotes y afloran todos esos colores la estética es del gusto general. Un saludo.
También pretendo aclarar que, aunque puede parecer ser una critica algo destructiva, nada más lejos de mi intención.
El tema económico juega un papel fundamental, lamentablemente en algunos casos, como parece ser este, y limitan las opciones que en un papel se pueden barajar.
Una opción muy asequible podría haber sido también utilizar el tono verde de la fachada del edificio histórico, que siendo muy llamativo, y puedo hasta dudar que se difuminase del todo en la plaza, si hubiera sido un acierto entre la existencia de la casa hortelano y la ampliación, un guiño entre ambos edificios que presentan mismo uso.