Me levanto este lunes con la siguiente noticia en “Cinco Dias”. Y no hago más que preguntarme ¿de verdad ya hemos tocado fondo definitivamente?. Existen en España más de 3.000.000 de viviendas sin vender, hemos perdido población en este año, y aunque me parece algo sensacionalista el hecho de que aumentará la mortandad debido la deficitaria sanidad pública, el hecho es que los bancos necesitan quitarse de en medio, al menos, dos millones de esas viviendas para que el motor de la construcción de obra nueva vuelva a oirse. A día de hoy me cuesta pensar que vendrán (pongamos) más de un millón de inversores (rusos, chinos o de Fernando Poo) en un plazo razonablemente corto de tiempo.
La siguiente pregunta es ¿y mientras tanto, qué? ¿Qué pasa con los operarios, técnicos y profesionales cualificados englobados en esos alrededor de 2.000.000 de parados del sector?
No paro de decirlo desde hace meses: la generalización a toda España de la Inspección Técnica de Edificios, junto con la Certificación Energética son dos poderosas palancas para que esto pueda reactivarse. Palancas que ponen el acento en la nueva era que viene para el sector de la construcción (si es que aún se puede denominar así; no olvidemos que España es el único país que tiene 4 sectores: primario, industria, servicios y construcción): la era de la reforma sostenible, en la que se potenciará la conservación de todo lo construido hasta ahora, en la que nuestros hogares tienen la posibilidad de lucir un traje nuevo: nueva imagen, más segura, más habitable, más sostenible y MÁS DE CALIDAD.
Potenciar esas dos palancas supondrá reactivar un sector, reactivar la economía e ir apartando a un lado un mal endémico de España como es de la dependencia de la energía. Para ello no basta sólo con publicar la ley y echarse a dormir: la Administración, los Colegios y los propios profesionales debemos implicarnos en su promoción, información y difusión. La Administración no ha terminado de hacer los deberes, y los otros colectivos creo que hacen lo que pueden dentro de sus posibilidades.
Y ahora viene lo mejor: aplicar estas y otras medidas sencillamente por amor propio, por ilusión de hacer las cosas como se deben, y no como mera especulación o negocio.
¿Acaso no habría trabajo para todos? Yo lo tengo claro: SI. Nuestra burbuja inmobiliaria, cimentada sobre un hormigón al que se le supone 100 años de vida útil, implica que no veremos caer esos edificios hasta el 2.100 aproximadamente, así que hasta entonces su mantenimiento en dignas condiciones creo que puede dar muchas opciones laborales a mucha gente. Vayámonos mentalizando.
Las medidas de Inspección Técnica de Edificios y Certificación Eenergética son medidas obligadas por la Comunidad Europea… Pero realmente les interesa a nuestros políticos que se lleven a cabo? Si son propietarios, consejeros y directivos de las empresas energéticas, realmente les interesa que se consuma menos?
La prueba la tienes en que ya ni te permiten autoconsumo de fotovoltáica.