Que Walt Disney era un genio nadie lo duda.  Que el castillo que creó para la Bella Durmiente es una maravilla, hasta el punto de convertirse en icono de su propia marca, tampoco lo discuto.

Pero ¿fueron estos castillos idea original del amigo Walt? Parece ser que no, que bebió de otras fuentes de inspiración.

La principal de ellas, el castillo de Neuschwanstein (que cada uno lo pronuncie como quiera, es lo que pasa cuando le pones nombres alemanes a las cosas), que en español significa “nueva piedra del cisne”, y que está ubicado en el corazón de la Selva Negra. Fue Luis II de Baviera, apodado “el rey loco”, el encargado de levantar semejante belleza en 1866. Loco si, pero de tonto no tenía un pelo; este castillo por dentro, además de continuas referencias a leyendas y personajes medievales como Tristán e Isolda o Fernando el Católico, contiene una completa red de luz eléctrica, el primer teléfono móvil de la historia (con una cobertura de seis metros), una cocina que aprovechaba el calor siguiendo reglas elaboradas por Leonardo da Vinci y vistas a los paisajes a los Alpes, incluyendo una cascada que el monarca podía contemplar desde su habitación. ¿Cómo lo veis? Si es que es como la vida misma, con cuartos todo es posible.

Desconozco si Walt Disney estuvo de turismo por Segovia; de no ser así, amigo Walt, no sabes lo que te perdiste!: el cochinillo, el acueducto, el casco histórico y, por supuesto, el Alcázar, que hubiera sido otro modelo de referencia para lo que querías hacer en Disneyland.

La mejor panorámica de este edificio, así como de la ciudad, se toma desde la carretera que proviene de Zamarramala.

Esta fortaleza militar del siglo XII alberga en su interior varias armaduras y enormes tapices; enormes porque servían de aislamiento en invierno, vamos, que antes el aislamiento era manta de tapiz y ahora manta de fibra de vidrio o de lana de roca, así que tampoco hemos cambiado tanto.

Con lo que también podían calentarse era subiendo los escalones hasta llegar a la cima del torreón, el cual carece de ascensor, pero os digo que las vistas que posee merecen la pena.

Así que ánimo, merece la pena hacer un esfuerzo cuando se visitan sitios tan mágicos como estos.